Creo que nunca he comentado lo poco que me gustan las guardias de patio.
¿En qué consiste? Pues básicamente en controlar, en cada instituto es de una manera, en algunos vas dando vueltas por el patio sin parar, para que los alumnos te vean y únicamente con tu presencia se guarde la compostura... Pero en otros como en el actual, las guardias están debidamente señaladas, existen "zonas" y cada semana te toca una, pufff.
No sé si es peor la zona de los baños, puesto que entran dentro a fumar, y yo debo entrar a echarles fuera, o simplemente con estar rondando disuadirles de intentarlo; o la zona del fondo, donde acuden los disuadidos de los baños... La cuestión es vigilar y parecer un centinela, ¡lo odio!
El año pasado tenía guardia de patio los lunes, y fijaos si mi familia sabía lo poco que me gustaba que estábamos atentos al Tiempo de la televisión a ver si daba lluvia para no tener que hacer dicha guardia. Y debo deciros que el año pasado únicamente llovió un lunes, ¡sólo uno! y justo ese día había que hacer la guardia dentro del Hall, y allí se pegaron dos, bufff.
Este año aún es peor tengo guardia de patio los viernes, en el segundo patio (tenemos dos de 20 minutos), cuando ya todos estamos hasta el pirri de toda la semana en el instituto, cuando únicamente queda la última clase de la semana... Aisss.
En fin, la de este viernes no estuvo tan mal, no nevaba, ni llovía, hacía sol y me tocó hacer guardia en la puerta principal (ahí se trata de abrir y cerrar la puerta a los posibles alumnos que se van al médico con sus padres, algún repartidor...)
Y en eso estaba cuando salieron del edificio principal dos chicos de mantenimiento que estaban vitrificando el suelo del Instituto, y se dirigieron hacia la puerta donde estaba yo, rodeada de un grupo de alumnas que se habían enterado por otro grupo de que yo el lunes no iba a clase y estaban muy interesadas en saber cuándo ibamos a hacer un examen de lectura. Entonces la pareja de mantenimiento se acercaba a la puerta y les dije: - ¿queréis salir? Y fue en ese momento cuando pronunciaron una frase: - Uy, te habíamos confundido con una alumna. Y yo les contesté: - Podéis volver cuando queráis, jajaja!!
Mi sonrisa duró el resto del día, no es para menos, ¿verdad?
jajajaa, es cierto que estas guardias son odiosas, pero de vez en cuando nos dan alguna alegría.
ResponderEliminarBesos