lunes, 22 de mayo de 2017

Una visita inesperada

Estoy desaparecida por el blog, lo sé, el examen de este jueves me tiene absorbida. El poco tiempo que me queda entre mirar presupuestos para la casa nueva, pisos para alquilar mientras nos hacen la casa, colegio para Clara para septiembre, programar el final de curso, horas de permanencia obligatoria en el centro que aprovecho para preparar mi examen, la casa, la compra, la ropa, la plancha, el cambio de armarios, la cocina, argggg. Hacen que lea los blogs que sigo pero que casi no comente y que tenga descuidado el mío propio, pero no quiero dejar de contar lo que me pasó. 

Estaba yo en clase de 1º ESO hace un par de semanas, con la puerta abierta ya que aquí ya llevamos un mes de calor en las aulas, y más a las 14h que era la hora en la que estaba yo dando clase. Así que me encontraba escribiendo en la pizarra y contestando a un alumno que yo tenía mi izquierda, cuando de repente me giré y por la puerta de la clase entró un hombre adulto muy nervioso.

Se trataba del padre de una alumna, que no había venido a clase, y este hombre preguntaba por ella. 

Controlé bastante bien la situación, me acerqué a modo de parapeto indicándole que no podía estar en el aula, que por favor saliera. Él preguntaba a las niñas, -las llamaba por su nombre- el paradero de su hija, y las niñas le decían que no había venido a clase hoy -lo mismo que le decía yo-. Conseguí con mi tono elevado hacerle entender que no podía estar allí y que se fuera. 

Cuando salió, pegó un portazo en clase. Se hizo el silencio. Ese silencio que no consigo yo jamás en 1º ESO a las 14h. Nadie habló. Yo tuve que sentarme pues la situación fue muy muy incómoda. 
Al final reaccioné y abrí de nuevo la puerta -no sin miedo de encontrármelo allí de nuevo- pero no estaba, así que el airecillo que entró nos distrajo un poco y retomé mi trabajo en la pizarra, echando la vista a mi derecha todo el rato.

En cuanto terminó la clase volé al despacho de Dirección a contar lo ocurrido. El Director se puso súper nervioso, lo pagaron los de Conserjería que habían dejado entrar al padre. Y ya se puso a llamar al padre por teléfono para decirle que lo que había hecho estaba mal y patatín y patatán.

En realidad no pasó nada pero claro, oyes cada cosa en televisión, que a mí después de hablar con el Director me dio el bajonazo y empecé a pensar que podría haber entrado con un arma... no quiero pensarlo más.

Su hija estaba con su madre, se están separando y no está siendo una separación amistosa -casi nunca lo es- y bueno, os ahorro detalles, pero al día siguiente, la nena vino a clase y me pidió disculpas por la intromisión de su padre -si es que es más mona-.

Una anécdota más, pero os juro que ahora mientras doy clase no puedo evitar mirar la puerta más veces que antes. 
 

viernes, 31 de marzo de 2017

De lecturas



Siempre hay épocas peores de lectura. Veces en las que no hay manera de dar con una buena lectura, que te atascas y te bloqueas. 


Este año iba muy mal, no conseguía engancharme a la lectura, me costaba un montón leer, y mira que en el metro tengo tiempo, así como las horas en las que me toca comer sola en el instituto (aunque he de decir que pierdo el tiempo leyendo vuestros blogs ;) )

Con el libro de Esnobs me quedé bloqueada, me gustaba pero no avanzaba y no tenía ganas de ponerme con él...


Gracias a esas horas perdidas aprovechadas en vuestros blogs, leí en el blog de Ro clic que estaba en varios libros viajeros, y le dejé un comentario diciendo que me encantaría participar en alguna iniciativa así. Y como yo, muchas de sus seguidoras, así que la buena de Ro tuvo a bien crear otros grupos de lectoras viajeras.



Así que en ello he estado esta semana pasada, recibí el paquete con mi libro viajero, que devoré en dos días y envié a la siguiente receptora del libro.




Es una iniciativa genial, recibes un libro a ciegas, comentado por otras lectoras, comentas el libro a la vez que lo lees, te ríes de los comentarios de las demás, comentas a la vez por el grupo de WhatsApp pero sin desvelar nada porque no todas lo han leído ¡es súper divertido!


Encima el libro me ha gustado.





Ya hemos empezado la ronda otra vez, porque mi destinataria ha sido Billy el rápido y lo leyó en unas horas.

Esta vez me ha tocado a mí empezar la rueda ¡espero hacerlo bien! 


Lo mejor es que no os puedo contar nada ;)


Además, como en junio tengo el examen del C2 de valenciano, he empezado a leer en valenciano. 



Fui a la biblioteca de mi centro, muy completa por cierto, y escogí, entre otros, varios libros de la escritora Carme Miquel que me gusta mucho como escribe. De momento he leído L'amenaça de les grues que trata el problema de la especulación urbanística en Denia, un pueblo costero de Alicante. Muy bien escrito y que me atrapó desde el principio. 



Ya he empezado otro L'escola secreta esta vez de un autor, Mariano Casas, ya os contaré.





Así que gracias al libro viajero, y al valenciano, he retomado mi hábito lector en todo su esplendor, espero que así siga, porque solamente siete libros leídos este año me parece una vergüenza...  

 

miércoles, 29 de marzo de 2017

Doctor en Irlanda


 



Sinopsis (Casa del libro)


Este bestseller de The New York Times y de USA Today narra los comienzos de Barry Laverty como médico rural en los años sesenta en el remoto pueblo irlandés de Ballybucklebo. Allí conoce a Fingal Flahertie 0’Reilly, un veterano doctor cuyos métodos son poco ortodoxos, que le ayudará a familiarizarse con los excéntricos vecinos a los que deberá atender. Cada día será una aventura para el joven e inexperto médico rural.


Mis comentarios

Tenía este libro esperando en el ebook hacía mucho y no sé por qué no lo leí antes. Este verano pasado le llegó su turno, y repasando las cosas que he leído y de las que he hablado en el blog y de las que no, me di cuenta de que este libro lo había dejado pasar, y se merece una reseña.

Llegué a él de la mano de Mónica de Serendipia (últimamente sólo leo lo que tú me recomiendas, jajajajaja!!!) y madre mía ¡qué maravilla de libro! Si queréis leer su reseña (clic)

Es una delicia ver la incursión del joven Barry en la medicina de pueblo de la mano del viejo Fingal. Aún recuerdo algunos de sus pacientes y me parto de la risa yo sola, las curiosidades del pueblo, los ligoteos de Barry...

Es un libro para desconectar y para disfrutarlo, ya lo he recomendado muchas veces y ha triunfado siempre.

Si estáis pensando en hacer un regalo este libro creo que acierta con mucho tipo de lectores.


Seguro que ya lo habéis leído, si no es así, corred que os estáis perdiendo una gran novela que deja muy buen sabor de boca.

martes, 28 de marzo de 2017

Aceite de palma


Llevo ya cerca de un mes leyendo más detenidamente todas las etiquetas de aquello que compro para que no entre en casa nada que lleve aceite de palma o algo parecido (aceite de palma, manteca de palma, grasa de palma, palmiste, ácido palmítico, ascorbil palmitato) por su alto contenido en Colesterol del malo y por su poder de adicción. Además de que estamos intentando comer cosas cada día más sanas, menos tratadas, y con mayor calidad. 



¿Os habéis enterado de la revolución del aceite de palma? 

Resulta que hoy me ha llegado por Whatsapp una cadena de esas que piden que votes una iniciativa en Change.org y era para que eliminen el aceite de palma de los alimentos infantiles, ¡en las leches en polvo de los bebés hay aceite de palma!

Es que está en todas partes, las rosquilletas (que decimos en Valencia) o panes especiales que encontramos en los súper con cacahuetes, pipas... todas llevan aceite de palma, las galletas de los niños, las cremas de cacao, las barritas energéticas, los bollos industriales...



Si queréis leer noticias sobre su peligrosidad y sobre lo que estoy hablando  
clic  

clic  


Además, resulta que no es un aceite que se comercialice para usar en casa, es decir que no sabemos cómo lo tratan para que llegue a las fábricas de alimentos, solamente que es muy barato y que encima está matando bosques donde viven los orangutanes... y se están quedado sin su hábitat natural por el enriquecimiento de unos y la ignorancia de otros...


Al final es un problema para la salud pero detrás siempre hay un gran negocio


jueves, 23 de marzo de 2017

El del 1


Desde el martes estamos de juntas de evaluación en el insti.

Este año voy relajada ya que solamente evalúo a un grupo, al resto de evaluaciones voy a ver qué tal les ha ido la evaluación a mis chicos y chicas del PAE y del EXIT, qué asignaturas deben apretar, cómo enfocarlas, intentar ayudarles como sea.

Estoy cabreada como una mona (que por otra parte no entiendo muy bien esta expresión que suelo usar a menudo)

Os voy a contar lo que me pasó ayer.


Estaba en una de esas evaluaciones, concretamente de 3º de la ESO, y uno de los alumnos, llamémosle Dylan -lógicamente no es su nombre-, tiene una adaptación curricular no significativa (ACI) en TODAS las asignaturas. 

Para que lo entendáis los que no seáis del gremio: es un alumno con dificultades que necesita adaptación, ya sea de los materiales, un examen más fácil, contarle más el trabajo en casa, ponerle otro tipo de trabajos... lo que se le ocurra al profesor que le imparta la asignatura, siempre siguiendo los mismos contenidos que para el resto de la clase.

Dylan viene al EXIT dos días a la semana y dos días más va a la Academia que le pagan sus padres. Es súper trabajador, tiene una agenda donde apunta todo, tacha cuando lo ha terminado, se hace apuntes para los exámenes y hace todo lo voluntario para subir nota. Dylan ha suspendido 7.

Mi enfado vino porque una profesora le ha puesto un 1.

¡Un 1!

En la ESO las notas van del 1 al 10. No hay 0. Por lo tanto, a un alumno que no hace nada, o a un absentista, se le pone un 1.

A Dylan le han puesto un 1.

Es una asignatura que se ha trabajado muchísimo, y doy fe de ello porque le he ayudado yo en EXIT.

No pude callarme. 

Le pedí a la profesora que me dijera por qué Dylan tenía un 1 habiendo hecho TODOS los trabajos y llevando al día la libreta y todo lo que había pedido, teniendo en cuenta que es un alumno ACI.

Su respuesta fue mirar su libreta de notas y decir: es que no llega al mínimo de conocimientos.

¿Perdona? 

Volví a preguntar por qué un 1 y no un 3.

Obtuve la callada por respuesta.

Se encontraba en la junta de evaluación la PT y también intercedió por Dylan, todo fue en vano.

Ahora sólo hago que pensar en cómo el miércoles en EXIT le digo a Dylan que se ponga a trabajar esa asignatura, ¿para qué? me dirá, yo que he hecho todos los trabajos, la libreta, el trabajo de lectura... he sacado la misma nota que la alumna absentista que no ha venido ni una sola vez este trimestre a clase.



Yo qué queréis que os diga, entenderé a Dylan.



martes, 14 de marzo de 2017

¿Deberes en Fallas?

Siempre he sido contraria a poner deberes. 

Creo que con la barbaridad de horas que pasan los alumnos en clase, ya tienen bastante trabajo. Aún así considero que algún trabajo puntual en casa, no está mal. 

Ya he tratado este tema en el blog varias veces. 

Hoy lo retomo porque ayer tuve una discusión con una compañera. 


Resulta que hoy es el último día de clase antes de las vacaciones de Fallas. Hasta el lunes 20 no tenemos clase. 
Y además, hoy es el último día de la evaluación. La semana que viene ya tenemos las juntas de evaluación, con lo que los temarios de esta evaluación están más que terminados (de hecho yo hoy tengo examen para cerrar la evaluación)  


El caso es que las vacaciones de Fallas son eso: VACACIONES, y es IMPOSIBLE hacer nada más que disfrutarlas (o sufrirlas si no te gustan

Supongo que los que no seáis de València no entenderéis, y pensaréis que las de Semana Santa también lo son, o los carnavales... Hoy os quiero traer un poco de información.



Las Fallas lo envuelven todo. Están abiertas las 24 horas del día desde hoy hasta el 19. Hay fallas en cada esquina, y más en el instituto en el que estoy este año, a 10 minutos andando de la Plaza del Ayuntamiento, epicentro de la fiesta fallera. Alrededor de mi instituto debe haber como 8 fallas, es decir, que seguramente todos mis alumnos tienen una falla debajo de su casa, con su correspondiente carpa.




Desde las 8 de la mañana hay despertà (petardos acompañados de bandas de música) sobre las 11h pasacalles, a las 14h mascletà, comida en el casal, después la recogida de premios, la Ofrenda, meriendas, castillos hinchables...; sobre 20h cena de infantiles, a las 22h la de mayores, y después pues Playbacks, orquesta, discomóvil, los castillos de fuegos artificiales... Hasta las 4, las 5...














Si eres fallero te pasas el día en la falla, en el casal, en la carpa, en la calle, en la peluquería (las mujeres), disfrutando de la fiesta.



Si no eres fallero pero te gusta la fiesta, te pasas el día en la calle, visitando las fallas de tu barrio, de sección especial, la iluminación de las calles, comiendo buñuelos, tirando petardos, yendo a la mascletà, viendo la Ofrenda, los castillos de fuegos artificiales.






Si no te gustan las fallas, pero tienes una abajo de tu casa ¿Cómo vas a estar haciendo deberes con todo este jolgorio en la calle? 









Pues aún hay profesores que no entienden eso, no entienden que son las FIESTAS por excelencia de València, que NO hay tiempo para nada, que los chavales disfrutan de tirar petardos, de estar en la calle o de ser falleros. Pues no, para ellos prima que su asignatura es muy importante y no pueden obviarla 6 días.




Al final no saqué nada en claro. Yo NO he puesto nada de deberes para Fallas, el resto, allá él.


Espero haberos acercado un poco a la realidad de mis alumnos estos días de fiestas falleras, y a mi postura.  

 

jueves, 2 de marzo de 2017

El del boli


El martes os contaba en Twitter que llevaba un día de m----a porque había tenido un incidente en clase.

Estaba yo en 1º de la ESO explicando la separación silábica -es básica para poder medir versos que es lo que les he explicado hoy-, y entonces la alumna de la segunda fila empezó a gritar (y transcribo tal cual): "tú eres gilipollas, me has hecho mucho daño en la mano, un mal Dios caerá sobre ti, eres un acosador malnacido que tendrás el peso de la mala suerte sobre ti, yo te maldigo..." y un montón de cosas más que soy incapaz de recordar. (nota: la alumna es cubana: imaginad su verborrea)


A todo esto yo no sabía ni a quién se dirigía ni pude hacerla callar, hasta que muy tranquilamente la abracé para tranquilizarla y la saqué de clase.

Increíblemente el resto de la clase estuvo callada, yo creo que todos flipados ante la situación.


Total que la alumna se calmó, me dijo quién era el beneficiario de sus bonitas palabras y me enseñó la mano. Y sí era verdad que tenía una herida en el dorso de la mano (la parte contraria a la palma, he tenido que buscar cómo se llama en internet porque yo le llamo anverso, veo que muy mal dicho por cierto) Envié a la alumna al profesor de guardia a que la curasen.

Entré en clase fulminando con la mirada al alumno de 1ª fila (había sido el que estaba sentado justo delante de mí, ¡y yo no lo vi!) No tuve ni que explicar nada, estuvieron callados los minutos que restaron de clase.

Pedí al alumno que se quedara a hablar conmigo y resulta que había calentado el bolígrafo con fricción sobre un papel, y pretendía "quemar suavemente" -palabras textuales- a su compañera para hacerle una broma. ¡Pues menuda broma hijo! me salió decirle a mí.



¿Qué pasó después? Fui con el alumno al despacho del Director, allí estaba ya la alumna llorando como una magdalena, volvió a insultar, amenazar y maldecir al alumno y allí los dejé.


Hoy estaban ambos en clase, sentados a una distancia muuuuuy grande. Ella con una tirita en el dorso de la mano y él no ha levantado la cabeza de la libreta nada más que para copiar lo de la pizarra.



Otro día os cuento la historia de El del móvil... esa me pasó ayer


lunes, 27 de febrero de 2017

El bosque del cisne negro (reseña)



Este año en el instituto en el que estoy he coincidido con una profe con la que ya trabajé años atrás. Comentábamos lecturas entonces, y hemos seguido ahora.

Me recomendó este que os traigo hoy.



Sinopsis:

Es un enero frío y lluvioso en el pueblo inglés de Black Swan Green, y Jason Taylor, un niño de trece años, tartamudo encubierto y poeta a regañadientes, se espera un año aburrídisimo en el pueblo más muerto del planeta. No cuenta con que tendrá que vérselas con los matones del colegio, los conflictos latentes en su familia, la guerra de las Malvinas, una exótica refugiada belga, una invasión de gitanos oprimidos y los caprichos de esas misteriosas criaturas conocidas como «las niñas».

La última novela de David Mitchell es una crónica minuciosa de trece meses en el agujero negro que separa la niñez de la adolescencia, con el telón de fondo de una Inglaterra rural a punto de desaparecer y todavía ensombrecida por la Guerra Fría. Irónica, amarga, cómica y llena de vida, El bosque del cisne negro es la obra más aguda y cautivadora de Mitchell hasta la fecha. 


Opinión:

No había leído nada del autor, y pese a que la historia ahora recordándola me ha gustado, creo que no repetiré, porque no me gusta su manera de narrar.

La historia de Jason conmueve. Su "problema", que es la disfemia (es tartamudo) y cómo lo lleva, y cómo lo intenta suplir, eso es lo que engancha. 

Además la trama que gira en torno a su familia, su padre, su madre y su hermana, hacen que quieras seguir leyendo.

Hay que reconocerle al autor que nos cuenta la historia de la época veladamente pero incidiendo en el hecho de que afectó a los ingleses, sobre todo a los adolescentes como Jason quienes veían la Guerra Fría como algo espectacular.

Pero se me hizo pesado. Al principio no me enganchó, luego me enganchó mucho y finalmente lo terminé porque quería saber cómo acababa. Y encima no me ha acabado de gustar el final.

Es verdad que la metáfora que hace de la vida de los chavales, y los cisnes junto a la situación política del momento es profunda. Y quizá no le haya prestado demasiada atención. Pero de verdad que se me hizo pesado.

Me decía mi compañera que igual a mis alumnos les gustaba, y sinceramente creo que no. Ellos no podrían con las 420 páginas que tiene.


¿Lo habéis leído? ¿Conocíais al autor?

viernes, 24 de febrero de 2017

Enganchada a...


Hoy vengo a confesar una adicción.

Muchas de vosotras y de las y los que sigo en IG ya me lo habían advertido: no te la descargues, no caigas. Y he caído.


Me he enganchado a Pinterest.



Teniendo un año por delante en el que las obras y la decoración van a ser el centro de nuestras vidas era un poco inevitable.

Además no he caído sola, Él también ha caído. Es más: hemos creado tableros (como carpetas) compartidos en los que vamos metiendo fotos que nos gustan.



¿A qué no creíais que la adicción era tal? Pues lo es.



Tenemos tableros de: suelos, escaleras, cocina, baños, salón, ideas, terraza, comedor, buhardilla...

Y un sinfín de fotos guardadas ya.












Es verdad que las fotos que la gente cuelga en Pinterest son "ideales de la muerte" pero para sacar ideas nos valen y mucho. 


¡Ay qué mal lo vamos a pasar cuando tengamos que elegir de verdad los materiales, los azulejos, el suelo...! 


De momento es todo un "me gusta pues lo guardo" pero en breve será la confirmación del pedido y estoy histérica de pensarlo.

No sé si os habéis construido alguna casa, pero la mezcla de nervios e ilusión van a partes iguales.

¿Igual de enganchados que yo a Pinterest?

 

miércoles, 22 de febrero de 2017

A la caza del amor (reseña)



La reseña de hoy:
 


Mónica Gutiérrez del blog Serendipia, me recomendó algunos libros, entre ellos este. Así que estoy siguiendo sus recomendaciones.

Sinopsis:

En A la caza del amor, su novela de mayor éxito, Nancy Mitford utiliza elementos reales de su extravagante y famosa familia para construir el relato.
 
La acción se abre en el salón de Alconleigh, la casa de campo de los Radlett. Ante nuestros ojos van desfilando los distintos miembros de la familia: el malhumorado padre, Matthew, con sus violentos y cómicos estallidos de cólera y sus curiosos pasatiempos, como organizar cacerías en las que las piezas son alguno de sus hijos...; la ausente y devota madre, Sadie; y los siete hijos que junto a su prima Fanny forman una estrafalaria y divertidísima familia. Pero realmente es la joven Linda Radlett y su permanente búsqueda del amor el auténtico centro de la historia. 

A través de estas páginas la acompañaremos en su azarosa conquista y conoceremos a los distintos hombres en los que creyó encontrarlo.
El texto despliega el famoso ingenio satírico y la extra­ordinaria capacidad de la autora para reconstruir el ambiente, la vida y las personas en los círculos aristocráticos ingleses de entreguerras. Un libro inteligente y divertido, que, aunque pudiera gustar simplemente por lo que es: una novela vibrante y mordaz, es también un verdadero trozo de vida.

Opinión:

Me he dado cuenta de que leer este tipo de novelas inglesas requiere mucho esfuerzo por mi parte, y eso es una de las cosas que más me gusta. No puedes leer entre líneas, ni saltarte cosas (como en otras novelas pasa). El humor inglés es muy exigente y requiere toda mi atención.

Así que como la he leído en mis ratos de metro, me ha costado mucho.

El personaje de Linda me ha encantado y todo lo gira alrededor de su vida. Fanny, quien nos narra la novela, lleva una vida ejemplar, como debe ser, casada y feliz. Sin embargo el torbellino de Linda hace que la novela dé unos giros sorprendentes. 

Con el telón de fondo del nazismo y de todo lo que se vivió en sus años de surgimiento se narra la vida de los miembros de esta familia.

El final es sorprendente también, al menos yo no me lo esperaba. Incluso derramé alguna lagrimita :'(

Ahora estoy leyendo Esnobs y no estoy tan enganchada como con este. A ver qué tal acaba.  


lunes, 20 de febrero de 2017

Cuando yo era pequeña II


Sigo con el cuestionario que publiqué el lunes (clic)


13. ¿Heridas memorables?

La del labio. En el cuarto de baño de mis padres hay como un pilar y los azulejos terminan en punta (nada que ver con ahora que ponen un embellecedor) y ahí me fui a dar con el labio y tengo una señal, como un bultito.

La verdad que de pequeña era un poco inútil con las manos y siempre paraba los golpes con la boca. Las palas me las tuvo que arrancar mi mare porque de pequeña hubo un incendio en mi escalera y yo creyendo que era en mi casa, corrí escaleras arriba. Tan rápido corrí que me estampé contra las escaleras. Un bombero me rescató y me llevó con mi madre, sangrando. (la lavadora era de la vecina, y no pasó gran cosa)

14. ¿Primera mascota?


En mi casa casa, con mis pares, nunca he tenido ningún animal (los gusanos de seda no cuentan). 

En casa de mis abuelos siempre ha habido gato: Nacho, Linda, Fara, Nelo.. y ahora Nina (que en marzo cumple 20 añazos

Por eso yo soy más de gatos ;)

 
  

15. ¿Tus abuelos te solían contar historias de juventud?

Gracias a Dios que sí. Muchísimas. De las que me contaba mi abuelo Vaquer (apodo familiar) no me acuerdo mucho pues yo tenía sólo 12 años cuando él murió pero de las que me contaba mi abuela Amparito y mi tía Sabelín (que tiene 91 ahora súper bien llevados) sí me acuerdo sí.

16. ¿Tu entretenimiento favorito de pequeña?


Pues no sé, supongo que leer, siempre me ha gustado muchísimo.  

Soy hija única por lo que he estado mucho con mi mare yo sola, así que también sería jugar con ella. 

17. ¿Recuerdas la llegada de algún nuevo invento a tu casa?

No. No hemos sido mucho de nuevas tecnologías, ni de aparatos electrónicos. Mi mare no tiene móvil. No tienen ordenador en casa, ni internet. Así que somos tradicionales.


18. ¿Tenías TV?

Sí. De siempre.

¿Blanco y negro o color?

Yo creo que la primera era en blanco y negro pero debimos cambiarla pronto porque no me acuerdo casi. Ahora, con mando tardamos un montón en tener. Me levantaba yo a cambiar y a subir y bajar el volúmen.



¿Cuántos canales?

Recuerdo Televisión Española y UHf. Y me acuerdo de cuando empezaron A3 y Telecinco. Madre mía, qué mayor soy.


19. ¿Te mudaste alguna vez de pequeña?


No. Nunca. Siempre he vivido en la misma casa y dormido en la misma cama.

Sin embargo, desde que me casé he vivido ya en un montón. Y aún falta una, espero que la última ;) 

 


20. ¿Recuerdas algún desastre natural en el que se viera involucrada la familia?

¿Natural? Supongo que se refiere a terremoto y cosas así, por lo que la respuesta es no. Por suerte no.

21. ¿Algún recuerdo musical?


Siempre he sido una bailonga. Mi mare dice que no me interesaba la televisión, únicamente la miraba si en los anuncios ponían música, iba corriendo a verla y a bailarla y ya.



¿Qué canciones se oían en casa?

Mi mare siempre siempre ha tenido la radio encendida, RNE casi siempre, o la SER, y luego ponía cintas (sí, he dicho cintas) de Battiato, de Nino Bravo, de Juan Pardo, de Sabina...


22. ¿Algo que te enseñase un miembro mayor de tu familia?

¿Algo en especial? mi mare intentó que aprendiese a coser, y lo máximo que he aprendido es a hacer punto de cruz. Mi abuela lo intentó con el ganchillo (crochet) y no lo consiguió.




Mi abuelo me enseñó a jugar a las cartas, y a los juegos de mesa, y no me dejaba ganar nunca, porque decía que tenía que aprender de verdad. Mi abuela se enfadaba con él. 

23. ¿Marcas de tu infancia?

Yo tenía trauma con los yogures Yoplait, porque mi apellido es Llop y se burlaban con eso ;)


Otras marcas de entonces que ahora no esn me viene Sanyo que era la marca "de los pobres" que no podíamos llevar el walkman de Sony.
24. ¿Coleccionabas algo?

Sobres y cartas. Seguro que muchas de las que me leéis sabéis de qué hablo. Eran de papel delicado con dibujos color pastel. Las usé bien poco para escribir. aún las tengo guardadas.


25. ¿Tu recuerdo de infancia favorito?

Las mañanas de los fines de semana. Siempre los he pasado en el pueblo de mi Mare, en casa de mis abuelos. Me levantaba prontísimo (siempre he sido de dormir poco) y me iba a la cama de mis abuelos, entre los dos. Mis abuelos tenían -y siguen teniendo- un cuadro del Ángel de la guarda con unos niños que están a punto de caerse a un pozo y recuerdo cómo mi abuelo se inventaba cada vez una historia de ese cuadro. (quizá por eso le tengo tanto cariño al cuadro, exactamente en la misma proporción de lo que le horroriza a Él, a mí me encantaría heredarlo, pero no sé yo...



Y hasta aquí el recorrido por mi infancia. Espero os haya gustado conocerme un poco más, a mí me ha encantado recordarla. 

lunes, 13 de febrero de 2017

Cuando yo era pequeña I


Uno de mis blogs preferidos, de lectura obligatoria, es el de mi querida Ro, profe como yo, de lengua como yo, y con una manera de narrar su vida y su experiencia laboral como nadie. ¡Yo de mayor quiero ser como ella! Y no es que la esté llamando mayor, para nada. Es súper joven pero tiene muchísima experiencia.


Leí en su blog una entrada rememorando su infancia a través de un cuestionario y me parece una idea estupenda para celebrar mis 37 añazos que cumplo hoy, rememorar la mía propia. Si queréis leer la infancia de Ro aquí os dejo el enlace.






1. ¿Tienen tus padres algún libro de recuerdos de cuando eras pequeña?

La verdad es que no. Tiene mi madre el libro del pediatra, en el que fue apuntando cosas como mis caídas de dientes y demás, pero de recuerdos y fotos no. 

De hecho todas las fotos están hechas un lio en una gran caja, dice mi mare que yo de pequeña las mareaba. Algún día tendré que decidirme a ponerlas en álbumes.

Él me regaló un Hoffman para mis 30 años, pero ahí faltan muchas fotos que me gustan.


2. ¿Sabes si te llamaron así por alguna otra persona?

Sí, por mi tía abuela Inés. Era soltera y mi mare le prometió que si tenía una niña le pondría Inés. 



3. ¿Conoces otros nombres que barajaban tus padres?

Sí. Barajaban Blanca y Clara (nombre que elegí yo para mi hija) y como en aquella época no se sabía si era niño o niña, si hubiera sido niño me hubieran puesto José María (¡Qué horror! pero bueno era por el padrino de mi pare, un hombre al que quería muchísimo). Mi pare dice que me hubieran llamado Chema -no sé qué es peor-

4. ¿Tu primer recuerdo?

No sé muy bien si es mi primer recuerdo o no, pero me viene a la cabeza el patio de mi guardería comiéndome a escondidas el papel de la magdalena, sí, el papel. Junto a mi vecina Eva. Tendríamos unos 3 años.

 
5. ¿Tus padres te leían o contaban historias?

Sí y sí. Ambas cosas. De mi pare tengo menos recuerdo, pero de mi mare sí. Y ahora la veo leyéndole a Clara y la deja igual de obnubilada que a mí. Es una gran lectora, y una mejor intérprete de voces, jajajaja!!

¿Recuerdas cuáles? 

Pues claro porque aún los tengo, son los que lee ahora Clara en casa de mis padres. Excepto los de Teo que han desaparecido, menos mal que hemos conseguido nuevos para Clara.



6.  ¿Cuando eras pequeña te acuerdas de lo que querías ser de mayor?

Pues yo de pequeña quería ser algo tan raro como: ¡carnicera! De verdad, y aún me gusta arreglar la carne cuando la traigo de la carnicería, ¡no sé por qué!

Luego quise ser maestra. Más tarde me emperré en Abogada, pero cuando descubrí que también había que defender a "los malos", decidí que maestra sería mucho mejor ;)


7. ¿Tenías algún profesor favorito?

Sí, claro. Tuve la suerte de ir a un colegio público muy muy pequeño. Éramos 15 en clase, hubo años que incluso menos. Teníamos atención individualizada sin necesitarla, éramos y somos una familia.

En ese colegio me marcaron tres profesoras: Maricarmen, Chelo y Mari Paz. Las tres forman parte de mí, y recuerdo con mucho cariño el que ellas nos transmitían.

En el instituto hubo una profesora que me marcó, Carmen Mansaneti , "la mansa", profesora de Literatura en 2º de BUP que me terminó de convencer para que decidiera ser profe de lengua y literatura.



8. ¿Cómo solías ir vestida al colegio?

Pues con ropa de calle. Como he dicho iba a cole público y no teníamos uniforme. Mi mare ha sido modista por lo que fui con vestido confeccionado a medida hasta que me planté y pedí vaqueros, más bien los supliqué. Pero recuerdo llevar vestido, con rebeca, con enaguas abajo y calcetines cortos hasta que fui muy mayorcita. ¡No te lo perdono mare!

Mi trauma fueron mis zapatos ortopédicos que llevé hasta los 12 años, en aquella época eran horribles, y todo el mundo sabía que llevabas plantillas. En mi caso por pies planos. El día que me las quitaron y me dieron el alta mi mare me llevó a El corte inglés y me dejó elegir los zapatos que quisiera y elegí unos zapatones Jhonco Masters para horror de mi mare y abuela. (no he encontrado foto en internet)


9. ¿A qué solías jugar?

Con mis amigas a la goma, cómo nos gustaba. Teníamos más largas y más cortas pero jugábamos mucho. También a pillar, siempre nos gustó.

En casa con Nenuco, con Barriguitas y con Pin y Pon. Más mayor con la Barbie.
 

10. ¿Tenías alguna casita de juguete?

Sí, tuve una como un maletín que al abrirla eran como tres pisos. Creo que me la regaló mi querida madrina Mª Carmen. Pero ojo, que tenía luz y todo. No era de marca conocida pero los Pin y Pon vivían ahí muy felices. ;)


11. ¿Algún recuerdo de tu familia en vacaciones?

Muchísimos. Íbamos sólo por la Comunidad Valenciana, recuerdo que una vez le pedí a mi pare si podíamos salir fuera, y me llevaron a Teruel, ¡jajajajaja!

Recuerdo con mucho cariño un viaje a Santa Pola, con picadura de medusa incluida. Y el viaje en barco a la isla de Tabarca.


12. ¿Y alguno de tus primeros cumpleaños o Navidades?

La verdad que creo que de los cumpleaños que me acuerdo es por las fotos que tengo. Cuando iba al colegio lo celebrábamos en casa, mi mare preparaba la merienda con la tarta incluida, ¡mis amigas aún se acuerdan de la tarta de magdalenas y flan de mi mare!

De las Navidades  me acuerdo cuando aún nos juntábamos la familia de mi pare en casa de mis yayos, pensad que mi pare tenía 8 hermanos, casados, con hijos, éramos una barbaridad, ¡pues nos metíamos en el comedor de mis yayos! y era un goce ver cómo mi yaya hacía la comida para todos. Aún recuerdo el sabor de su sepia, nadie la sabe hacer así.

En mi familia materna nos juntábamos un montón en casa de mis abuelos, y solíamos comer puchero de navidad, los niños comíamos en otra mesa, normalmente con mi mare. Y recuerdo que nos daban las estrenas, y a mí me daban menos porque yo era la pequeña, y siempre me quejaba.

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El cuestionario continúa pero voy a hacer como Ro y programar otra entrada para otro día, sino se hace esto muy largo. Os dejo una foto mía de peque para celebrar los años y la infancia.