La última hora de los viernes es como poco sofocante.
Esta semana ha sido especialmente pesada puesto que como comenta una compañera en un blog, con la lluvia no han podido salir al patio a desahogarse en varios días, y es una cosa que necesitan.
Los últimos viernes han sido muy pesados, ellos están agobiados con ganas de irse, con ganas de fin de semana; y porqué no decirlo, yo también.
Hace unas semanas decidimos mi compañera y yo que íbamos a centrarnos en la poesía, para acercar a estos seres tecnológicos al valor de la palabra trabajada.
El miércoles empecé con un poco de teoría, pero bueno era segunda hora de la mañana y lo llevaron (llevamos) todos muy bien. De deberes únicamente traer una poesía de un escritor español o hispanoamericano.
Hoy se han sentado en grupos de tres o cuatro, ¡toda una novedad para ellos! ya que como dice un compañero mío: en 1º y 2º de la ESO deben estar sentados en grupos de menos de uno. Jejeje!
Hemos repartido poesías por el aula, y tras explicar un poco las imágenes en la poesía, hemos procedido a buscar esas imágenes en las poesías que tenían y a comentarlas en voz alta, escribirlas en la pizarra...
Ha sonado el timbre a las 14.10h y todos han dicho ¿ya?
Y han conseguido que la hora que me cuesta volver a casa, lo haya hecho con una sonrisa, y en estos días que estoy pasando, ya es mucho.
qué bien! eso es una gran cosa! Por cierto, los míos están sentados SIEMPRE en grupos de 4 o 5. Es lo que se llama "aprendizaje cooperativo". Toda una experiencia...
ResponderEliminarMe alegro mucho de que la experiencia saliera tan bien... ¡¡dar clase un viernes es una verdadera proeza, y el que piense que no, que se atreva!! Jejeje...
ResponderEliminarUn beso.