jueves, 2 de marzo de 2017

El del boli


El martes os contaba en Twitter que llevaba un día de m----a porque había tenido un incidente en clase.

Estaba yo en 1º de la ESO explicando la separación silábica -es básica para poder medir versos que es lo que les he explicado hoy-, y entonces la alumna de la segunda fila empezó a gritar (y transcribo tal cual): "tú eres gilipollas, me has hecho mucho daño en la mano, un mal Dios caerá sobre ti, eres un acosador malnacido que tendrás el peso de la mala suerte sobre ti, yo te maldigo..." y un montón de cosas más que soy incapaz de recordar. (nota: la alumna es cubana: imaginad su verborrea)


A todo esto yo no sabía ni a quién se dirigía ni pude hacerla callar, hasta que muy tranquilamente la abracé para tranquilizarla y la saqué de clase.

Increíblemente el resto de la clase estuvo callada, yo creo que todos flipados ante la situación.


Total que la alumna se calmó, me dijo quién era el beneficiario de sus bonitas palabras y me enseñó la mano. Y sí era verdad que tenía una herida en el dorso de la mano (la parte contraria a la palma, he tenido que buscar cómo se llama en internet porque yo le llamo anverso, veo que muy mal dicho por cierto) Envié a la alumna al profesor de guardia a que la curasen.

Entré en clase fulminando con la mirada al alumno de 1ª fila (había sido el que estaba sentado justo delante de mí, ¡y yo no lo vi!) No tuve ni que explicar nada, estuvieron callados los minutos que restaron de clase.

Pedí al alumno que se quedara a hablar conmigo y resulta que había calentado el bolígrafo con fricción sobre un papel, y pretendía "quemar suavemente" -palabras textuales- a su compañera para hacerle una broma. ¡Pues menuda broma hijo! me salió decirle a mí.



¿Qué pasó después? Fui con el alumno al despacho del Director, allí estaba ya la alumna llorando como una magdalena, volvió a insultar, amenazar y maldecir al alumno y allí los dejé.


Hoy estaban ambos en clase, sentados a una distancia muuuuuy grande. Ella con una tirita en el dorso de la mano y él no ha levantado la cabeza de la libreta nada más que para copiar lo de la pizarra.



Otro día os cuento la historia de El del móvil... esa me pasó ayer


2 comentarios:

  1. Quemar suavemente... ¡Qué complicadas son estas edades!
    Besotes!!!

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  2. En mi época de egb ya existían esta raza de bromistas.

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