El anillo
Recordaba habérselo quitado al lavarse las manos en aquel
restaurante sirio al que Cristóbal le había llevado. Claro que no se acordaba
cuántas veces fue al baño en aquel baño, ¡qué mal le sentó la cena! La cuestión
es que el anillo no aparecía y tenían cena con amigos. Ella jamás se quitaba su
alianza de casada cuando iba con su marido, no sabía qué cara iba a poner
cuando Manuel le preguntase dónde estaba. En Siria quizás.
Bueno, claro me ha quedado. Esta bien un microrrelato con este tipo de historia sin meterse mucho en juzgar si estuvo bien comer con Cristobal o no.
ResponderEliminarJejeje, una pregunta la del paradero de ese anillo un tanto peliaguda. Me ha gustado :) Besos
ResponderEliminar¡¡Me gusta!! ¿Dónde estará el anillo?
ResponderEliminarUn besazo
Gracias por compartirlo!
ResponderEliminarBesos
Me ha gustado, tocaya.
ResponderEliminarEspero que el tuyo esté a buen recaudo y no sea una historia verídica.
Besitos.
Autobiográfico no es, jajaja!
ResponderEliminarCasi ninguno lo es, casi.
Un beso y muchísimas gracias por comentar, no sabéis lo mucho que me gusta.
Me veo como Gollum preguntándome dónde estará el dichoso anillo... Pero a ella no le está mal que le haya pasado, eh.
ResponderEliminarjejejejejeje
ResponderEliminarLas historias sobre alianzas me hacen sonreir... ;)
it