La dirección
Cruzó la calle corriendo, no
llegaba a coger el autobús. Y así fue, mientras él corría, el autobús pasó de
largo. Desde la acera lo vio alejarse, decidió sentarse en el banquito de la
parada a esperar el siguiente. Fue entonces cuando un vehículo se detuvo justo
enfrente. Él levantó la cabeza, vio
bajar una ventanilla de cristal tintado, tras él apareció una mujer pelirroja,
él abrió la boca admirado, ella le preguntó amablemente una dirección, y él le indicó
la de su corazón.
¡Qué bonito te ha quedado este microrrelato!
ResponderEliminar¿Casualidad o destino?
Besitos.
Hola guapa!
ResponderEliminarMe ha gustado el microrrelato, sobre todo la última frase. Aprovecho para decirte también que fue un placer compartir mesa contigo el sábado.
Un beso!
A veces hay que dejar pasar un tren para coger otro jeje Precioso
ResponderEliminarBesos
Estoy totalmente de acuerdo con la primera frase de Lorena y con la de Pakiko :)
ResponderEliminar