Doña y Don

A partir de ahora, llámenme Doña Inés.

Ha llegado una circular al centro en el que trabajo en el que se indica que a partir del año que viene mi tratamiento en el ámbito laboral será el de Doña Inés o Sra. Inés (me dan a elegir). Dice dicha circular que se ha perdido el respeto por los profesores (no me digas?) y que van a intentar reestablecerlo desde arriba empezando por el tratamiento formal.

No sólo los documentos del Instituto que debemos firmar como profesores, como tutores... se referirán a nosotros con este tratamiento, sino que los alumnos también deberán hacerlo y, es más, también entre nosotros, los profesores debemos hablarnos de Don o Doña.

Textualmente dice: "el tiempo del 'colegueo' ha terminado, es una aberración que un alumno/a llame a su profesor Paco o Manolo, a partir de ahora serán Don Francisco y Don Manuel. Recuerden que su trabajo es el de enseñar y evaluar y el de los alumnos el de trabajar, estudiar y obedecer".

Sinceramente, mi cara cuando leí esto fue INDESCRIPTIBLE, me parece estar leyendo un documento de otro siglo, ¿a vosotras/os no?

No creo que por llamarme Doña Inés, mis alumnas y alumnos, pasen a estudiar más, a trabajar, a esforzarse, a respetar al profesorado... Si se solucionase así, sería taaaaan fácil.